21 / ABRIL : CRASHDÏET & HARDCORE SUPERSTAR

Eran las seis de la mañana cuando sonaba el despertador. Había dormido dos horas como mucho pero me desperté como una rosa. A las siete había quedado con Black Harmony.

Ocho de la manaña. Las dos cogíamos el autobús que nos llevaría a Madrid. De nuevo, concierto de HARDCORE SUPERSTAR y CRASHDÏET. Siete horas y poco más de viaje. Intentábamos dormir un poco en el autobús pero era imposible: demasiada luz, demasiado incómodo y sobretodo... demasiada emoción y demasiados pensamientos en la cabeza por todo lo que había ocurrido unas horas antes :).

Cuatro de la tarde, nos apeamos en la estación de autobuses. Mi voz va desapareciendo por momentos: MIERDA ME ESTOY QUEDANDO AFÓNICA

Nos metemos en el metro de Madrid y nos medio perdemos. Es demasiado lioso. Por fin llegamos a la Sala Heineken. Nos sentamos en un banco. Hablamos. Nos concienciamos de que estamos en Madrid. De golpe aparece Olli Twisted por la esquina. Le saludamos, nos reconoce de la noche anterior. Prosigue su camino.

Continuamos con nuestra tertúlia sentadas en el mismo banco. No tengo hambre. Sigo sin poder creer que esté en Madrid. Pasan por delante nuestro Adde, un par de pipas y Martin Sweet. Saludamos. Adde nos reconoce también. Van a comer a un garito que está al lado de la sala.

Las seis y pico, nos ponemos a hacer cola. Ya hay una pareja. Empiezo a hablar con ellos. Parecen buena gente. Voy al Pans and Company y pillo un par de galletas para Black Harmony y para mi. A todo esto, sólo llevo comida una manzana en todo el puto dia.

Las ocho, ya hay una cola considerable.

8.15: Abren las puertas de la Sala Heineken. Las dos estamos en súper primera fila. Esperamos impacientes. Por fin!! Salen Eric, Martin Sweet, Peter London y Olli Twisted. De nuevo impresionantes. No quiero que se termine la noche. Se despiden del público madrileño.

Salen los Hardcore. Me vuelvo a quedar sin respiración. Estoy tan bien que hasta me duele. Me olvido de todo, estoy en otro mundo y en otra dimensión. El clímax llega con We don’t celebrate Sundays. Enloquecemos, botamos y cantamos. Yo lo intento porque no tengo voz. Estoy completamente afónica así que sólo me dedico a bocalizar, cosa que me cabrea mucho.

Los Crashdiet suben al escenario (como la noche anterior) y cantant junto con los HCSS. El concierto ha llegado a su fin y con ello el 90% de mi aventura conciertera. Se encienden las luces. El grupo sale del escenario. Y cual es mi sorpresa al ir a comprar la camiseta oficial de la gira que me encuentro a Jocke en el estand como dependiente xD.

"Ey tú!! Qué tal?" - me dice. Le pido una camiseta pero no me oye. Puta afonía. Hay mucha peña amontonándose para que Jocke les venda una camiseta. Decido salir de la marabunta. Me arrejunto con Black Harmony.

Salimos fuera de la sala. Esperemos al grupo a la salida. La gente se va yendo. Al rato se juntan otras dos chicas con nosotras. Estamos delante del TourBus. Esperamos. Olli entra en el Bus. Las otras dos chicas empiezan a gritarle desde la calle para que salga. No me parece bien lo que están haciendo, tampoco hay que ponerse a chillar como posesas.

Pipas van y vienen cargando el remolque que lleva el Bus con los trastos. Al rato vienen Adde, Martin Sanvik y Vic Zino. No pregunto nada, no digo nada. No quiero molestar preguntando por una foto. Le pregunta a Martin si me puede firmar su púa que cogí el día anterior y me despido de Vic Zino con un abrazo.

No sale nadie más... Ni Jocke ni los Crashdïet aparecen para subirse al autobús. De golpe vemos una furgoneta blanca que sale de la esquina de la calle y se pone delante del autobus que arranca inmediatamente para seguirla. Dentro van los Crashdiet y Jocke. Frustración, pero a la vez ESTO ES LO QUE HAY.

La una y diez de la madrugada. El metro de Madrid cierra en veinte minutos. Tenemos que ir desde Plaza España a Nuevos Ministerios y de allí cambiar a la línea que nos lleve a Barajas. Al llegar a Nuevos Ministerios el guarda nos dice que el último tren se acaba de ir. MIERDA!! Qué coño hacemos ahora?

Hay dos chicas que se encuentran en la misma situación. Decidimos coger un taxi y pagarlo entre las cuatro hasta el aeropuerto. Llegamos a la T2 de Barajas. Entramos y estamos tan muertas que decidimos dormir en el suelo mismo de la terminal... al fin y al cabo hay más gente durmiendo allí mismo. Con el bolso de cojín, me pongo la toalla que Black Harmony ha cogido a Jocke en el suelo y me tumbo sobre ella porque el suelo está frío.

Intento dormir. No puedo. Oigo (poca) gente que pasan por delante nuestro y me despierto pensando que a lo mejor nos topamos con ellos pues se vuelven a Suecia en avión. Ai... INOCENTE DE MI...! Al fin consigo dormir algo, una horita... y un poquito más. Me despierta Black Harmony.

"Levántate que somos las únicas durmiendo en el suelo ya. Todos los que estaban aqui ya se han ido". Son las seis. Estoy MUY destemplada. la falta de sueño y el cansancio están pasando factura. Vamos a una cafeteria y nos tomamos un te bien calentito las dos.

El plan venía a ser que íbamos a aprovechar el Martes por la mañana para ver Madrid. "I don’t feel like visiting Madrid". "Me neither". Pasamos. Estamos MUERTAS. Después de entrar en calor con el te, nos ponemos a dormir en unos bancos. El aeropuerto se va llenando más de gente que va y viene.

La una del mediodia. Tenemos hambre... MUCHA hambre. Comemos un bocadillo como dios manda. Salimos fuera a que nos de el aire, a parte de que hace un dia estupendo.

Las cinco. NO... AHORA SI QUE SE TERMINA. Tengo que ir a la T4 porque mi avión sale de allí. El suyo sale de la T1 "hasta mañana!!". "Nos leemos por el Messenger" Y aunque al día siguiente estaremos hablando por el Messenger o por el MySpace, se me hace un nudo en la garganta por el hecho de que todo ha terminado y hay que volver de vuelta a la Realidad.

Han sido tres días de magia, de experiencias que han sido tan esperedas y tan anheladas... y ahora ya forman parte de mi memoria y mis recuerdos. MIentras espero al avión en la T4, revivo cada momento y cada instante, desde que fui a buscarla el Sábado al aeropuerto, hasta ese momento en el que me encontraba yo, sentada en un banco mirando las fotos en la cámara.

Hora de embarcar. Lo que en la ido han sido siete horas de trayecto, en avión es poco menos de media hora y sin darme cuenta estoy subiendo al coche con mi padre que me ha venido a buscar.

Duermo como un tronco. Estoy demasiado cansada para pensar.

Y a la mañana siguiente... a trabajar.